Manuel Minguens

La vida no fue un camino de rosas para Manuel Minguens Canle, que con apenas 12 años comenzó a trabajar en las minas de San Finx. Al poco tiempo, fallecía su padre y tenía que hacerse cargo de toda la familia, ya que su sueldo era el único que entraba en casa.
Con el paso del tiempo emigró a Francia y a Suiza, y fue aprendiendo para convertirse en albañil, una profesión que desarrolló a su vuelta a Rianxo, donde construyó con mucho esfuerzo una casa para su mujer y sus siete hijos, que lo recuerdan como una gran persona, y un luchador que deja una gran huella en todos los que lo conocían. Sus 16 nietos eran su debilidad, un sentimiento recíproco porque su abuelo se había convertido en la piedra angular de esta gran familia.
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