Felipe Cotelo Gerpe

Felipe Cotelo Gerpe

Felipe Cotelo Gerpe lo fue todo para su empresa y su familia. La emoción de la pérdida aún pesa mucho entre los suyos. Esa ausencia repentina dejó un espacio que tardará mucho tiempo en dejar de sentirse vacío. Un día se fue enfermo y ya no lo pudieron volver a ver ni a saber de él más que su ausencia. Fue un emprendedor muy apreciado entre sus clientes y en su familia destacan que «foi un pai exemplar». Era una persona que hacía poco ruido, pero tenía mucho peso. Fue el fundador de Talleres Cotelo e Hijos, concesionario de Mercedes Benz en Carballo, y uno de los promotores del polígono industrial de Bértoa a finales de los años 70 del pasado siglo. La solidez parecía su norma y el buen servicio se daba por supuesto. Lo demás venía por añadidura. De ahí que la comunidad de propietarios del parque carballés sintiese como un mazazo la pérdida de uno de los suyos. Uno de aquellos que pusieron su correspondiente grano de arena para que Carballo pudiese coger músculo económico y empresarial. El germen de la locomotora que tira por toda la comarca. Era de los que había estado ahí para arrimar el hombro para el desarrollo del armazón industrial de la capital de Bergantiños, y siempre que lo necesitaban. 

Cotelo Gerpe también había participado activamente más tarde en la gestión del área. De este modo, en el año 2002 se incorporó a  la directiva de Asemcar (Asociación de Empresarios de Carballo). Formó parte del equipo presidido por Juan Cancela Sánchez, quien dijo de Felipe Cotelo que «era buena persona. Lo apreciaba mucho». Como es colaborador, lo consideraba como un pilar en el que pudo apoyarse en su momento. 

Al mismo tiempo, formó parte de la Asociación Provincial de Talleres, que en octubre del 2002 le otorgó una de sus medallas en un acto que tuvo lugar en Pastoriza, en el Concello de Arteixo. 

También con el deporte

No solo intervino Cotelo en el ámbito empresarial. Colaboró, asimismo, en el mundo del deporte carballés. En 1985 formaba parte de la directiva del Bergantiños encargada de las categorías inferiores del equipo. Fue también un buen cazador, pues en noviembre de 1980 representó a la provincia de A Coruña en el campeonato gallego de caza con perro celebrado en Forcarei. Con los años acabó dejando la actividad cinegética y regaló la escopeta en una especie de despedida, pero, según cuentan en su familia, en los últimos tiempos había vuelto al monte, y con gran ilusión y buena forma. Adquirió de nuevo un arma y reanudó la práctica de una de las actividades que más lo relajaban y con la que más disfrutaba.

Estaba casado con Carmen Periscal Lamela, con la que tuvo dos hijos, Felipe y Bernardo Cotelo Lamela. Dejó dos nietos. Era una persona reservada, más de acción que de grandilocuencias. Cuenta una de sus nueras que siempre trataba de hacer bien, pero sin dejarse notar.  Natural de Carballo, llevaba consigo ese orgullo sereno de su pueblo. La familia y su entorno sintió no poder despedir a su padre, suegro, abuelo, amigo y vecino como se merecía. 

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