Enrique Abeledo Martínez

Enrique tenía 67 años. Había nacido en Asturias, había sido minero 30 años y sus pulmones se resentían, pero tenía buena salud. No tenía miedo a nada y lo que más le importaba en el mundo era su familia. Vivía en Villanueva de la Cañada y era muy aficionado a ir al Rastro a Madrid. Le gustaban mucho las antigüedades, recuerda su hija Ana, que vive en Mera (Oleiros). «Justo antes del estado de alarma llamé a mis padres, porque allí no estaba bien la cosa. Se vinieron pocos días después y estaba muy ilusionado porque nos mudamos en septiembre. A los dos días de llegar empezó con fiebre». El Día del Padre habló con él por última vez. Murió el 2 de abril. Enrique tenía otra hija, Demelsa, que vive en Madrid.
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